Precisamente ahora para hablar de Pure Malt me había puesto un chuflo en la muñeca, y dí a oler a mi novia, le dije que era el olor perfecto; me dijo que era muy bueno pero que no flipara, que los había mejores.
No será el mejor perfume del mundo, pero es muy bueno. Quizás el mejor flanker para mí, seguido muy de cerca de Pure Havane. Tampoco me considero muy fan del original, me llega a saturar un poco tanto alquitrán y tanto pachulí.
No me gusta beber, y menos whisky, pero sí que me gusta su olor, ese olor licoroso mezclado con maderas, disfruto más oliendo que bebiendo.
Pues Pure Malt trata de imitar el proceso de maduración del whisky, y según he leído ha estado madurando en barricas de roble 8 semanas.
Esta edición limitada es un perfume oriental, pero para mí es más gourmand, empieza bastante alicorado, como un whisky dulce, azucarado acompañado de cerezas confitadas. Más tarde, se empieza a notar el ADN del original, pero con la nota de alquitrán mucho más rebajada, se empieza a sentir ese chocolate tan característico de la marca, toffe, algo de café; es una mezcla buenísima, y también madera y un toque ahumado.
Es bastante masculino, pero muy noble y refinado.
Dura bastante aunque la proyección podría ser más fuerte; no obstante te lo notarás sin problemas.
Notas de salida: malta y notas frutales, bergamota, lavanda y menta.
Notas medias: madera, malta, vetiver, grano de café, alquitrán y pachulí.
Notas de fondo: turba, haba tonka, vainilla, caramelo, chocolate y almizcle.
A mí me vale para todo tipo de situaciones: trabajo, diario, informal, formal, fiesta, cena, y halagos tendréis todos y más.
El atomizador es lo peor del perfume, pero cortando con un cuchillo la silueta del pulsador problema arreglado.
En 2013 volvieron a relanzar otra vez Pure Malt, pero hicieron una reformulación y algo cambia respecto a la versión original del 2009.
El creador se llama Jacques Huclier.
Y mi nota es 8.8
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